A veces nos parece que para tener la necesidad de cuidar la voz primero debemos contar con una profesión que así lo exija, como cantante u orador, pero más son los trabajos que requieren de un especial cuidado por la voz, como pasa con la labor de locutor profesional. Porque nuestra principal herramienta es la voz y como tal no queremos descuidarla, porque un día de afonía o tos, es un día donde nuestra labor será muy difícil de realizar.
Cómo cuidar la voz al ser un locutor profesional
- La voz alta debe salir del estómago
Elevar la voz no quiere decir necesariamente sacarla de la garganta, sino del aire que sale del estómago y del aire que podemos albergar en él. Es muy parecido a cantar y en cabina quizá no requieras de una voz muy alta, pero sí de un uso de tus tonos vocales constantes y cansarte la garganta no debe ocurrir.
Si duele la garganta, no estamos usando bien la voz y por el contrario, estamos forzando nuestras cuerdas, cosa que en un caso muy extremo pero que no debemos descartar por peligroso, puede rompernos una cuerda.
- Calienta antes de empezar tu jornada
La jornada de un locutor profesional puede empezar muy de mañana, pero sea cual sea la hora de tu programa siempre es conveniente evitar entrar a cabina con la garganta en frío.
Ejercicios de vocalización, cuidar tu entonación y la forma en la que tomas y exhalas aire, de todo esto debemos realizar un poco porque si bien es cierto no se trata de cansar la voz antes de tu trabajo, sí se trata de prepararla para usarla. No olvides además, descansarla después de tu labor, no sea que la desgastes.
- Tu herramienta cuídala como un cantante
Otro de los profesionales que usan su voz siempre son los cantantes, por lo que cuidarnos como ellos lo hacen no es una idea descabellada porque se emplea la voz de una manera parecida en nuestro trabajo, cuidando la dicción, la entonación o el ritmo.
Tomando las bebidas tibias, no frías ni calientes, cuidándonos de tos y gripas estacionales, evitando gritar a forzar la voz, así como dándole un tiempo de reposo de vez en vez; así como a un instrumento se le da cuidado, así a nuestra voz.
- Cuídate de lo que daña la voz
Impurezas como polvo, tabaco o alimentos que generen mucosidad (cítricos y lácteos), pueden afectar cómo hablamos y cuidamos la voz, porque hacer todo un programa o una narración con un problema de flemas no solamente dificultará el trabajo sino que será de lo más incómodo.
Cuida que los factores que te rodean no sean dañinos para tu instrumento; es mejor retirarse de un sitio donde se levanta polvo o se corta césped a sufrir de las consecuencias que esto puede traer a nuestro trabajo.
Ser locutor profesional se logra con formación sí, pero también con cuidados de voz que no podemos ignorar porque no queremos a la larga ganar experiencia pero terriblemente, perder nuestra voz.